"No me gustaría estar en la piel de algún español"

La selección argentina de básquetbol es sinónimo de temple, coraje, energía, valor y ganas de competir. Después de 17 años vuelve a una final de un Mundial, luego del contundente triunfo ante Francia por 80-66. Y lo que parecía un sueño, terminó siendo una noche de gloria a miles de kilómetros de nuestro país.

Federico Kammerichs  destacó el “talento” del equipo. “La verdad que la capacidad de estos chicos las condiciones que vienen mostrando ya en sus clubes, muchos de ellos jugando en las ligas de Europa, de España”.

“Nadie se hubiese pronosticado que la argentina iba a jugar la final”, dijo pensando en los difíciles rivales que tuvieron.

“Argentina terminó dándole una lección de básquet a estos equipos. Incrementó su nivel en lo que fue la zona de grupos con rivales inferiores, y se potenció con los equipos de más capacidad y mayor talento. No me gustaría estar en la piel de algún español viendo el despliegue que está teniendo Argentina”, expresó.

Este domingo, el equipo de Sergio Hernández se medirá en la final frente a España, que en el primer turno venció a Australia por 95-88 en un partido trepidante y luego de dos tiempos extra, porque habían igualado en 71 puntos y luego en 80. Es la tercera vez que el conjunto nacional llega a una definición mundialista, después del título de Argentina '50 y el subcampeonato de Indianápolis 2002.