Lunes 11 de Noviembre de 2019
"Había mecanismos institucionales que podrían haber usado"
El biólogo y premio Nobel Alternativo, Raúl Montenegro explicó por qué la situación de Bolivia es un golpe de Estado. "Había mecanismos institucionales que podrían haber permitido rehacer un proceso", dijo. "Terminan tratando de solucionar un incendio, arrojando nafta”.
Raúl Montenegro en su calidad de premio nobel alternativo, habló con Radio Sudamericana sobre lo que está pasando en Bolivia y explicó que están pensando en emitir un comunicado al igual que lo hicieron cuando se suscitaron los conflictos en Chile.
“Si bien tienen características diferentes, hay elementos interesantes y es que las amenazas, lo que termina generando las situaciones más complicadas, vienen en un caso de un gobierno que se ha encerrado mucho en una visión prácticamente conservadora donde la única respuesta frente a las grandes movilizaciones fue aumentar los recursos para fomentar los sistemas de represión. Y en el caso de Bolivia – si bien la situación es diferente - hay un sector conservador, con un claro tinte racista, que genera toda una situación que desemboca en un proceso de derrocamiento, la caída de Evo morales con su renuncia y un panorama complicado”.
“Si se hace un análisis sobre si es un golpe o no, cuando uno ve a un grupo de militares induciendo a un presidente a renunciar, obviamente se trata de un golpe de estado. No estamos diciendo que no haya habido fraude sino que hay otros procedimientos que no se usaron, había mecanismos institucionales que podrían haber permitido rehacer un proceso, pero acá están en juego otro tipo de intereses y con una profunda instancia racista. Yo creo que es una guerra entre los sectores más conservadores y blancos de Santa Cruz de la Sierra y todo un gobierno que tuvo una fuerte impronta indígena”.
“Lo que está en el fondo es que de un lado están los sectores más desprotegidos – que a veces con las gestiones lograron un mayor bienestar, como es el caso de Bolivia- y del otro lado sectores poderosos con ideologías muy conservadoras, como ha quedado patente cuando Luis Fernando Camacho ingresa a la casa de Gobierno con una biblia y procede a quemar las banderas que representa las comunidades indígenas, ese es el contexto más allá de los matices”.
“En lugar de generar mecanismos que permitan una suerte de equilibrio para que haya segunda vuelta o elecciones no violentas, terminan tratando de solucionar un incendio, arrojando nafta”.