Quedó viuda y vendía verduras para pagarle el estudio a sus cinco hijos

EL MENSAJE DE LUIS LANDRISINA 

Radio Sudamericana cerró la jornada del miércoles con una historia conmovedora, una historia que seguramente llenará de lágrimas a más de un padre o un hijo que sabe del sacrificio que es pagar una educación universitaria, pese a que en Argentina tenemos universidades públicas. Cuántos padres se sentirán identificados al escuchar a “Doña Nenchi” decir que no pudo terminar la escuela y por eso siempre soñó  con tener a sus hijos recibidos, que sean profesionales exitosos, y con una vida un poco más fácil que la suya.

“Doña Nenchi”, vive en una colonia de Oberá Misiones. “Tengo 5 hijos, tres varones y dos mujeres. Mi marido estuvo muy deprimido en aquel entonces  porque la chacra en la que vivimos entró a juicio, después él se enfermó y murió de cáncer, contó a Sudamericana.  Así “Nenchi”  quedó vuida y tuvo que salir a trabajar el doble para poder llevar el pan a su mesa.

MADRE DE 5 HIJOS

“Yo plantaba verduras de todo tipo, pepino, perejil, zapallo, remolacha,  mandioca, zanahoria y todo eso vendía”, dice. Una vez una mujer le dio la idea de ir hasta Oberá  a vender sus productos.  “Me tomaba el colectivo y llevaba ricota o mandioca pelada, iba casa por casa. Cuando terminaba de vender volvía a buscar más.  Cuando tuve una bicicleta la cargaba llena de bolsas y mis hijos me ayudaban a empujarla, salía a vender y  así ganaba mi plata. Mi objetivo era que ellos estudien porque yo sufría mucho en la chacra y gracias a Dios hoy están todos recibidos”, dijo orgullosa.

“No teníamos luz, no había hielo, no podíamos guardar las cosas, era una lucha. Nos arreglábamos con un farol a gas o una lámpara de querosén”, recordó. Poco a poco y con la venta de los productos pudieron pagar a una cooperativa y bajar el servicio.  “El agua potable me instalaron  el año pasadao, antes teníamos una bomba  y sacábamos de ahí, pero cuando no había luz teníamos que ir a busca a 100 metros de mi casa”.

“Yo hice séptimo grado y quería que mis hijos estudien, que salgan adelante porque en la chacra la vida es muy difícil. Ahora tengo problemas de salud, tengo hernia de disco y problemas en la pierna, pero estoy feliz”, comentó y añadió que después de tantos años hoy se pudo comprar un auto para continuar trabajando.

SUS HIJOS

“Desde enero que no veo a mi hija”, lamentó y es que la pandemia cortó esos lazos familiares.  Wilson, su hijo de 28 años,  habló con Sudamericana y contó que hace un mes se recibió de profesor de biología. “En casa desde chico nos enseñaron a trabajar y a levantarnos tempranos, mi mamá hasta hoy nos enseña cosas”, dijo y recordó entre risas que de  pequeño era uno de los más rebeldes en la escuela y le sacó algunas canas verdes a sus padres.

Otro de los hijos de Nenchi, Rubén (45 años),  se recibió de un profesor pero por bajo sueldo que percibía  terminó trabajando de trasnportista. “Desde muy chiquito le gustaban los camiones, siempre me decía cuando sea grande voy a comprarme un camión y se le cumplió el sueño”, contó.

Por su parte, Claudio, trabaja en Gendarmería Nacional. “Él terminó la secundaria y se inscribió en Gendarmería, físicamente estaba muy preparado y entró”.  “Cristina se anotó en la Policía Federal de Buenos Aires. Se fue en la peor época, en 2001, y como no entró empezó a estudiar en la UBA”.

“HOY SOY LA MUJER QUE SOY GRACIAS A MI MAMÁ”

Cristina grabó un mensaje para su mamá:  “Ella es una mujer muy trabajadora llena de valores, con un alto nivel de empatía y solidaridad,  que ha sido muy creativa para resolver problemas y situaciones prácticamente con muy pocos recursos. La  Nenchi, mi mami, nuestra mamá nos enseñó que para ser más eficientes se debe adquirir conocimientos es por eso se esforzó mucho para que hiciéramos la primaria y la secundaria, y siguió insistiendo para que siguiéramos estudiando”.

“Es una mujer muy dulce y muy amorosa, hoy soy la mujer que soy gracias a mi mamá. Gracias a ella he logrado todos mis objetivos profesionales y todos los objetivos  que me he propuesto. Soy licenciada en Producción y realización audiovisual y estoy yendo por mi segunda licenciatura de Diseño de Paisajes gracias a mi mama que siempre estuvo cuando rendía mis exámenes”.

“Es una mujer que te da la seguridad para que no te corras del camino, para que sigas y consigas lo que quieras. Ella cree que todo lo que se quiere, se puede. Mami te amo y te agradezco por todo lo que hiciste para que seamos lo que somos hoy”.

"OJALÁ YO PUEDA SER COMO MI MAMÁ CUANDO TENGA SU EDAD"

“Mi mamá es el ser más extraordinario que la vida me pudo dar”, dijo Marisol, desde los estudios de Radio Sudamericana, se mostró muy orgullosa y emocionada, a punto de quebrarse.  “Mi mamá se actualizó con la tecnología por nosotros, para poder hacernos una video llamada”, comentó y es que hace 11 meses no se ven por la pandemia de coronavirus que afecta a todo el país y el mundo. 

Marisol recordó:  “Cuando vine a estudiar me enfermé muy grave y ella me agarró al mano y no me soltó hasta el día de hoy. Ojalá yo pueda ser como mi mamá cuando tenga su edad. Es de esas personas que llega a sus metas con sacrificio pero sin pisar a nadie, ella es de esas personas que la peleo a la vida sola. Ojalá en Corrientes también hayan más Nenchis, porque a veces no es fácil”.