La justicia norteamericana confirmó que Lucila Nieva fue asesinada

La policía de Killeen, Texas, confirmó oficialmente que Lucila Nieva, la joven tucumana hallada muerta en marzo, fue víctima de un homicidio. La autopsia, realizada por el Instituto de Ciencias Forenses de Dallas, determinó que la causa de muerte fue una herida de bala. La investigación sigue abierta y se centra en su entorno más cercano.

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Lucila, de 22 años, había llegado a Estados Unidos en junio de 2023, ilusionada por iniciar una nueva vida. Participaba en un programa de cuidado de niños en Houston, donde conoció a Preston Sullivan, miembro del Ejército de EE.UU. La relación avanzó rápidamente: se casaron y se mudaron a Fort Cavazos, una de las bases militares más grandes del país.

Durante los meses siguientes, Lucila compartió en redes sociales momentos de su vida cotidiana: su hogar dentro de la base, sus mascotas, reuniones con otras mujeres latinas esposas de soldados, y su creciente pasión por los autos deportivos. Nada parecía anticipar el trágico desenlace.

El 21 de marzo, su familia en Tucumán perdió contacto con ella. Aunque al principio no se alarmaron, el silencio se volvió preocupante cuando Lucila no saludó a su ahijado por su cumpleaños, algo inusual en ella. A través de un sistema de geolocalización, los familiares lograron rastrear su celular hasta un número que correspondía a la policía de Killeen. Allí les informaron que Lucila había muerto.

Según el parte oficial, los agentes acudieron ese viernes por la noche a Bacon Ranch Road, donde encontraron a Lucila con una herida de bala. Fue trasladada de urgencia a un hospital, pero falleció minutos después.

La confirmación de que se trató de un asesinato llegó tras semanas de incertidumbre. La jueza Nicola James ordenó la autopsia, cuyos resultados fueron clave para establecer la hipótesis de homicidio. Aunque no se difundieron detalles sobre posibles responsables, el foco de la investigación apunta al ámbito íntimo de la víctima.

Testimonios del entorno refuerzan la sospecha de un femicidio. Larissa Denman, esposa de un compañero de Sullivan, declaró que el militar era extremadamente celoso. “La llamaba cada 10 minutos y le hacía videollamadas constantes para ver con quién estaba”, relató.

Aunque el crimen ocurrió fuera de Fort Cavazos, el Departamento de Investigación Criminal del Ejército colabora en la causa.