Sociedad

Jueves 30 de Septiembre de 2021 - Actualizada a las: 08:25hs. del 01-10-2021

NARCOTRÁFICO

El líder de la banda de Los Monos ya suma más de 84 años de cárcel

Máximo Ariel Cantero, alias Guille, recibió una pena de 22 años de prisión por haber ordenado siete ataques contra jueces que lo habían investigado; se la unificaron en 28 años y ocho meses al sumarse una sentencia previa, de 2016; desde que es adulto ya pasó más años preso que en libertad


 Máximo Ariel Cantero, alias Guille, fue condenado a la pena única de 28 años y ocho meses de prisión. Recibió una pena de 22 años por haber ordenado desde la cárcel siete ataques a tiros contra jueces y edificios judiciales. Y se le sumaron los seis años y ocho meses que había recibido en 2016 por otra intimidación al Poder Judicial: las amenazas contra el magistrado Edgardo Fertita. Ahora, el líder de la banda de Los Monos suma más de 84 años, con siete sentencias desde abril 2018.

Es una condena que apunta “a restituir el posicionamiento de las instituciones del Estado como base de la convivencia y la paz social”, reconoció después de la lectura del veredicto el fiscal Miguel Moreno, que formó parte del equipo de investigación.

La presidenta de tribunal Hebe Marcogliese, hizo una serie de apreciaciones para dar contexto a la sentencia, por hechos que —según su mirada— son “inéditos en la historia judicial Argentina”, debido a la “gravedad institucional de los ataques en un marco democrático”.

Los fiscales habían pedido antes del inicio del juicio una pena de 24 años de prisión para Cantero. El tribunal, como se dijo, definió que por los siete ataques, el líder del clan Cantero reciba una pena de 22 años, y le acumuló otra condena de seis años y ocho meses de prisión por amenazas contra el juez Fertita, dictada en 2016.

Desde el 29 de mayo de 2018, Cantero ordenó ataques contra las residencias de los jueces y edificios judiciales, luego de que la Justicia federal ordenara su traslado de la cárcel de Piñero, a 20 kilómetros de Rosario, a la Unidad Penal Nº7, de Resistencia. Desde esa cárcel tramó esta serie de ataques con tres bandas de sicarios que buscaron generar un estado de conmoción pública, como reconoció el exministro de Seguridad Maximiliano Pullaro cuando declaró en el juicio.

A la par del líder de Los Monos recibieron penas elevadas otros seis miembros de la organización criminal, entre ellos, Lucía Uberti, que era quien realizaba la logística e inteligencia para que los sicarios llevaran adelante los ataques que buscaban generar conmoción en el poder judicial de Santa Fe. En los alegatos, el fiscal Miguel Moreno, quien formó parte del equipo acusador junto a Matías Edery y Gastón Ávila, consideró que, con estos ataques, esta banda “disputó al Estado su autoridad al mantener en vilo a una ciudad entera”.

Uberti y Matías César fueron sentenciados a 20 años de prisión. Daniel Delgado, alias Teletubi, cargó con una pena de 12 años. Este hombre está condenado por el llamado Triple Crimen de Villa Moreno, que ocurrió el 1 de enero de 2012, por lo que las penas que le adjudicaron este jueves se unificaron en 33 años de cárcel.

A Leandro Olivera, alias Chulo, lugarteniente de Guille Cantero, lo sentenciaron a 11 años. Leonel Fernández y Damián Chávez, quienes integran la banda de Teletubi Delgado, cargaron con penas de 8 y 7 años de prisión, respectivamente.

Cantero escuchó el veredicto que desplegó el tribunal encabezado por la magistrada Hebe Marcogliese desde el penal de Marcos Paz, donde desde que se inició este juicio le secuestraron dos teléfonos fijos dentro de su calabozo. Después del escándalo que provocaron estos hallazgos en el Servicio Penitenciario Federal (SPF), Guille habría dejado de gozar de esos privilegios y enfrenta las consecuencias de esos desafíos, según señalaron fuentes de su entorno que lo visitan al penal bonaerense.

La banda de Los Monos fue una de los protagonistas principales de la llamada guerra narco que estalló tras el crimen del líder del clan, Claudio Cantero, alias Pájaro, en mayo de 2013. Desde ese momento, Guille exacerbó los métodos violentos de este clan criminal desde la cárcel, tras entregarse el 20 de junio de ese año. Fue condenado a 21 años de cárcel, por asociación ilícita y por el homicidio de Diego Demarre, el dueño del boliche donde mataron a su hermano, en abril de 2018.

A partir de ese momento enfrentó otras cinco causas, por narcotráfico, secuestro extorsivo, amenazas y ataques a balazos y homicidios. Está siendo juzgado en otro caso por el atentado al Casino de Rosario, donde fue asesinado Enrique Encino, y por los atentados contra dirigentes del sindicato de Peones de Taxis. Este año podría sumar otras dos condenas.

La vida tras las rejas

Cantero pasará mucho tiempo en la cárcel. Los fallos aún no fueron unificados en su totalidad, algo que deberá hacer, cuando las sentencias queden firmes, el tribunal que lo condenó por asociación ilícita y homicidio a 21 años de cárcel en abril de 2018. El tope máximo de unificación de las condenas es de 50 años, y como Cantero es reincidente no le corresponde la libertad condicional.

Este hombre de 32 años, oriundo del barrio La Granada, en el sur de Rosario, que nunca terminó la escuela secundaria y que vivió más tiempo en la cárcel que en libertad desde que es mayor de edad, sigue al frente de una banda que nunca perdió el poder de fuego a pesar de que reconfiguró su negocio criminal, hoy sustentado en emprendimientos mafiosos más que en el gerenciamiento de la geografía narco de Rosario.

El estado de conmoción que provocaron los atentados a partir del 29 de mayo de 2018 volvió a hacerse palpable en un día antes del inicio de este juicio, cuando el 19 de agosto pasado dos hombres en moto pasaron y balearon el edificio donde este jueves se leyó el veredicto contra Cantero.

Un día después, Cantero ensayó otra provocación. “¿Cuál es su oficio?”, preguntó como una formalidad la jueza Hebe Marcogliese en la apertura del debate oral. Desde la cárcel de Marcos Paz, donde está actualmente detenido, Cantero respondió por videoconferencia, con una sonrisa: “Contrato sicarios para tirar tiros a jueces”.

 

Seguridad reforzada

A partir de esos dos episodios, que buscaron generar terror, el Centro de Justicia Penal de Rosario se transformó en un escenario de guerra. Las amenazas se repitieron al 911: “Suelten a los Monos o los matamos a todos”, era la consigna. Más de 270 policías montaron un operativo de seguridad en torno a ese blanco preferido de Los Monos: ese edificio fue baleado cuatro veces en los últimos tres años. Ante el temor de que los atentados se repitieran, hace dos semanas se sumaron al despliegue efectivos de Gendarmería y Prefectura, que ampliaron el vallado a un perímetro de dos cuadras a la redonda.

Este jueves, un camión de asalto de Gendarmería estaba apostado en la esquina del edificio judicial. No solo estaba cortado en tránsito por esa zona, sino que, además, efectivos policiales requisaban y revisaban con detectores de metales a las personas que ingresaban al edificio vidriado, inaugurado en julio de 2017.

Entre los 150 testigos que pasaron por el juicio, los del 31 de agosto pasado hicieron que la jornada fuese tensa. Ese día declararon los jueces que fueron víctimas de los atentados. Provocó sorpresa cómo transitaron las declaraciones, que fueron una simple formalidad. El temor de los magistrados Ismael Manfrín, Marisol Usandizaga, Carolina Hernández y Gabriela Sansó quedó expuesto en la sala de audiencias. Los testimonios se ciñeron a confirmar que las residencias atacadas tenían alguna relación con ellos. Evitaron tener contacto con los medios de prensa en momentos que, con un perfil bajo, dejaron al descubierto el efecto de los ataques mafiosos.

El 29 de mayo de 2018, un día después de atentar contra dos residencias en las que había vivido Manfrín, Los Monos llamaron al 911 para sembrar terror. Un hombre fue el que lanzó las amenazas en nombre de la banda, según se difundió el lunes de la semana pasada en el juicio. “Somos de la banda de los Cantero y a Los Monos suéltenlos, porque lo vamos a agarrar al juez. Al juez le reventamos toda la casa y lo matamos, lo vamos a secuestrar, esto lo estamos diciendo ahora en vivo”, dijo el hombre, que afirmaba ser parte de la organización criminal.

La operadora telefónica del 911 le pidió que se identificara, pero el hombre insistió: “Suelten a todos Los Monos porque los matamos a todos, te estoy diciendo en serio, no jodan porque matamos a todos ustedes. Suelten a Los Monos”, afirmó un hombre que, según dijo, hablaba en nombre del peligroso clan narco. Hace 15 días se repitió un llamado similar al 911. Tenía otros destinatarios, como los fiscales de Rosario. “Suelten a los Cantero, si no, vamos a matar a los fiscales”, afirmaron.

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