La Tormenta de Santa Rosa: ¿Mito o realidad meteorológica?

La Tormenta de Santa Rosa, un suceso que combina tradición y ciencia, es un fenómeno que se repite cada año alrededor del 30 de agosto, día en que se celebra a Santa Rosa de Lima. Según la creencia popular, esta tormenta, conocida por su intensidad, está casi garantizada durante estas fechas. Pero, ¿es realmente así?

En nuestra región, la denominada Tormenta de Santa Rosa se refiere a una creencia popular que asocia al 30 de agosto con la ocurrencia de una tormenta. Sin embargo, esta fecha no es especialmente propensa a tormentas de manera significativa en comparación con otros días del año. Lo que sí se puede es que, en esta época del año, las condiciones climáticas son favorables para la formación de tormentas, especialmente en el centro y noreste del país.

Según definió la especialista del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Carolina Fernández López, la tradición litúrgica se une con el fenómeno de tormenta que ocurre en lugares subtropicales hacia fines del invierno. “A Santa Rosa se le atribuye la intercesión para evitar un ataque de piratas a la ciudad de Lima (Perú), y en el día que se la venera llega también este cambio de masas de aire que normalmente originan las primeras tormentas de la segunda mitad del año”, señaló.

El fenómeno meteorológico detrás de la tormenta

La meteoróloga explicó que una tormenta es una manifestación de descargas eléctricas en la atmósfera, conocidas como rayos, acompañadas de truenos y, en muchos casos, precipitaciones intensas. Estas tormentas suelen estar asociadas a nubes convectivas llamadas cumulonimbus, que se caracterizan por su gran desarrollo vertical y la capacidad de generar fenómenos como granizo o vientos fuertes.

“Son nubes precipitantes caracterizadas por un gran desarrollo vertical que a menudo, superan los 10 kilómetro de altura, dentro de las cuales se encuentran fuertes corrientes de aire con temperaturas muy inferiores a la de congelación, cristales de hielo y granizo”, explicó Fernández López.

Asimismo, en regiones como la Patagonia o el Noroeste Argentino, la probabilidad de que se formen tormentas en esta época es baja, debido a las condiciones atmosféricas predominantes. Sin embargo, en el centro y noreste del país, donde el aire cálido y húmedo empieza a dominar con la proximidad de la primavera, “las tormentas son más comunes, agregó la experta.

En Argentina el centro y el nordeste del país son las zonas propicias para que ocurran las tormentas en esta fecha. El pronóstico para este 2024 muestra que se dará en toda la franja central. En esta zona, “prácticamente el 60% de los años ocurren tormentas para esta época, ya que se dan las condiciones para que las masas de aire frías y cálidas se conjuguen en la formación de las nubes que las van a generar”, refirió Fernández López.

En la región del Litoral, este año las primeras manifestaciones se dieron a mediados de agosto, para el día 31 "se esperan algunas tormentas aisladas mas que nada en el extremo sureste de la provincia", agregó. 

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¿Un mito o una realidad?*

Según los registros del Observatorio Central Buenos Aires (OCBA), en 67 de los últimos 118 años, se han registrado tormentas entre el 25 de agosto y el 4 de septiembre. Esto representa un 57% de las ocasiones, lo que sugiere que hay cierta base en la creencia popular. Sin embargo, no todas estas tormentas han sido especialmente intensas, ni están garantizadas.

Aunque la creencia popular asocia esta tormenta a una fecha específica, la realidad es que la formación de tormentas responde a factores meteorológicos como cambios en la circulación atmosférica y la interacción de masas de aire frías y cálidas. “Estos factores pueden darse en esta época, pero no son exclusivos de ella”, explican los especialistas del Servicio Meteorológico Nacional.