La ¿recuperación? en V de Javier Milei: ¿Qué significa y qué esperar?

¿Qué quiere decir una recuperación en V? Se trata de un crecimiento económico que vendrá después de un receso o caída. El gobierno nacional de Javier Milei asumió en diciembre del 2023 y tenía un gran objetivo: terminar con la inflación. A abril de este año parecería que el gobierno estaría fallando esa misión. Pero como diría el mismo presidente en su primer discurso, los primeros meses serán difíciles porque el ajuste iba a afectar a prácticamente todas las áreas de la economía.

Las arcas de un Estado nacional se componen de 3 partes:

• Lo que recauda en concepto de impuesto, y lo que gasta en salarios, subsidios, infraestructura, etc.
• El ingreso o salida de divisas por exportación e importación
• Pago (o no) de deuda y sus intereses

Cuando entre las 3 el saldo es positivo, se habla de superávit fiscal, caso contrario es un déficit fiscal. En el caso argentino en particular ya contamos con un superávit gemelo, es decir, se exporta mas de lo que se importa y lo que recauda el Estado en conceptos de impuesto es mayor a sus gastos. Con ambos saldos positivos se puede hacer frente a los pagos de deuda.

¿Pero qué quiere decir todo esto? ¿Por qué parece que las cosas no mejoran? El Estado Argentino estaba manteniendo muchos precios controlados a través del pago de subsidios. Empresas de transporte, de energía eléctrica, etc., recibían del gobierno nacional transacciones directas para mantener así el precio de manera mas o menos estables para el usuario del servicio. De la misma manera el dólar oficial que siempre estaba muy por debajo en su valor al dólar callejero era de alguna manera un dólar subsidiado por el gobierno.

La reducción de empleados estatales, la disminución de pago de subsidios, la suspensión de la obra pública, el congelamiento salarios a estatales nacionales y jubilados a la par de la no reducción de impuestos hace aumentar ese superávit. Todo esto sumado a la fuerte devaluación que genera un peso mas barato que lo hace mas competitivo pudiendo mejorar el nivel de las exportaciones que por ahora viene funcionando.

Por este mecanismo el gobierno ya no debe tomar mas deuda ni emitir mas moneda, en definitiva, la base monetaria se mantiene y se reduce así la presión o la tendencia inflacionaria. A su vez, el excedente de ese superávit es usado para comprar moneda extranjera los que aumenta la reserva disponible de dólares, mejorando lentamente el valor del peso con respecto al dólar.

Ahora bien, el hecho de que el gobierno haya dejado de subsidiar a estas empresas que prestaban servicios claves para la economía argentina, sumado a la fuerte devaluación del dólar oficial (es decir, que ya no se subsidia el dólar, en otras palabras, las importaciones), constituye un “sinceramiento”, pero esto también es un problema muy grande para el bolsillo del consumidor al no actualizar su salario.

En otras palabras, los precios se han liberado al mercado, pero los salarios quedaron en la época de la economía subsidiada. Eso genero que algunos especialistas digan que en Argentina consumir es caro como en Francia, pero que los sueldos son de Asia. Es decir, existe una brecha increíble en el crecimiento de los precios con respecto al salario.

Por si esto no fuera poco, el hecho de que el gobierno nacional ya no este tomando deuda constantemente hace que las tasas de interés de los bancos locales hayan bajado, si bien ya los plazos fijos no pagan tanto, tomar deuda y buscar apalancamiento financiero privado ya no es tan caro.

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En definitiva, estamos en ese punto mas bajo de la V, o bien, nos encontramos a dirigiéndonos directamente a ese punto. ¿Qué queda por delante? Con un dólar caro, lo mas probable es que la economía argentina siga siendo exportadora e inclusive que puedan crearse empresas locales que produzcan los bienes importados a un precio mas accesible para el mercado local.

 El mercado interno, ahora que tiene precios “sinceros” es decir, no subsidiados, no debería sufrir mas aumentos de precios (al menos no de forma tan bruscas) como nos tenia acostumbrado hasta el momento. Por lo que, con una inflación más o menos estable y mas o menos baja, una suba de un porcentaje salarial seria directamente proporcional a una mejora en el poder adquisitivo. 

Parece que solo queda esperar y aguantar… Tal vez habrá luz al final del túnel.

Francisco Mazzaro: licenciado en Ciencia Política (UNR) | Instagram: @franmz_