Sociedad

Lunes 11 de Diciembre de 2023 - Actualizada a las: 12:50hs. del 11-12-2023

SALUD

Vivir con endometriosis: riesgos de cáncer, dolor e infertilidad

La endometriosis, una enfermedad inflamatoria crónica caracterizada por la presencia de tejido endometrial fuera del útero, ha emergido como un desafío crucial en el ámbito de la salud femenina. La ginecóloga correntina Sandra Carolina Ramírez MP 2122 brindará mayores detalles de esta compleja condición.


La endometriosis, considerada una enfermedad dependiente de estrógeno y resistente a la progesterona, puede manifestarse incluso en mujeres menopáusicas. Según información que brindó la Dra. Ramírez, afecta a un considerable porcentaje de la población femenina, estimándose entre el 2 y el 10%, alcanzando hasta el 50% en mujeres que experimentan dificultades para concebir.

A nivel mundial, aproximadamente 190 millones de mujeres y adolescentes en edad reproductiva se ven afectadas por la endometriosis. Esta prevalencia destaca la necesidad urgente de comprender y abordar esta enfermedad de manera integral.

Diagnóstico

Se trata de una afección que puede ser asintomática en el 15% al 30% de los casos y un desafío el diagnóstico, que puede tardar hasta 10 años en identificarse. Una historia clínica detallada es esencial para identificar a las pacientes con sospecha de endometriosis.

 La exploración ginecológica puede revelar signos de la enfermedad, como el aumento de tamaño de los ovarios, la presencia de nódulos de endometriosis y cierto grado de inmovilidad. La ecografía transvaginal es la prueba más importante en la actualidad, especialmente útil para el diagnóstico de endometriomas.  Aunque el marcador tumoral CA125 puede aumentar, no se considera un marcador válido para el diagnóstico de la endometriosis debido a su baja sensibilidad y especificidad.

La Resonancia Magnética Nuclear es una prueba de imagen no invasiva y muy precisa para el diagnóstico de endometriosis extragenital. En pacientes asintomáticas, la endometriosis se puede diagnosticar de forma casual durante una laparoscopia realizada por otro motivo. En casos seleccionados, se pueden realizar pruebas adicionales como colonoscopia, cistoscopia, enema opaco, entero-resonancia, enema-TAC, urografía endovenosa, renograma y gammagrafía renal para completar el estudio de afectación de las vías urinarias y de la función renal. Este enfoque integral y detallado es esencial para un diagnóstico preciso y un manejo efectivo de la endometriosis.

Tratamientos y consideraciones reproductivas

El tratamiento de la endometriosis, una enfermedad crónica multifactorial, tiene como objetivo reducir y eliminar el dolor y mejorar la fertilidad. Este tratamiento debe ser individualizado, teniendo en cuenta las manifestaciones clínicas, la severidad, la edad, el deseo gestacional, la extensión y localización de los implantes de tejido endometrial, la respuesta al tratamiento médico y la tolerancia.

El tratamiento no farmacológico incluye la promoción de hábitos de vida saludables como una alimentación saludable, ejercicio físico regular y evitar tóxicos como el tabaco y el alcohol. Aunque no hay evidencia de que ninguna dieta cure la endometriosis, los beneficios de una alimentación saludable pueden ayudar a paliar la sintomatología.

En cuanto al tratamiento farmacológico, se realiza mediante la combinación de analgesia con antinflamatorios no esteroideos (AINES) y tratamientos hormonales inhibidores de la ovulación. Los contraceptivos hormonales combinados, estroprogestágenos, son considerados de primera línea. Los progestágenos también han demostrado ser efectivos para el dolor pélvico secundario a endometriosis. Otra opción eficaz es el tratamiento con dispositivos intrauterinos liberadores de levonorgestrel (DIU Mirena).

En el ámbito del tratamiento, la gama de opciones médico-quirúrgicas busca aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida de las pacientes. La Dra. Ramírez destaca la importancia de considerar las implicancias reproductivas en la elección del tratamiento.

Se mencionan tratamientos médicos como el levonorgestrel intrauterino, ácido noretisterona y acetato de medroxiprogesterona, especialmente para aquellas pacientes con deseos de fertilidad futura.

El tratamiento quirúrgico puede incluir quistectomía, ovariectomía, salpingectomía, anexectomía, adhesiolisis e histerectomía. La elección del tipo de cirugía depende de varios factores, incluyendo la extensión de la enfermedad y los deseos reproductivos de la paciente.

Es importante destacar que el tratamiento de la endometriosis es un proceso a largo plazo que se extiende desde el diagnóstico hasta la menopausia, y debe ser consensuado con la opinión de la paciente.

Sin embargo, la falta de estudios randomizados en tratamientos quirúrgicos plantea incertidumbres sobre su impacto en la fertilidad. Aunque se especula que las intervenciones quirúrgicas podrían mejorar las tasas de fertilidad en casos de endometriosis severa, la Dra. Ramírez advierte sobre posibles disminuciones en la fertilidad para pacientes operadas con fenotipo quístico.

Vivir con endometriosis

Según la Universidad de Barcelona, Aquí tienes una reformulación de tu texto sobre endometriosis, una vez que se ha diagnosticado la endometriosis, es crucial realizar un seguimiento continuo para ayudar a las pacientes a comprender, manejar y mitigar las posibles repercusiones de la enfermedad.

Se aconseja que el tratamiento y seguimiento de las pacientes con endometriosis profunda se lleve a cabo en centros especializados de tercer nivel. Esto es especialmente relevante para aquellas personas que presentan afectación del tracto urinario y/o intestinal o que han necesitado múltiples intervenciones quirúrgicas.

La endometriosis puede tener un impacto socioeconómico significativo, especialmente en casos avanzados, ya que puede ser motivo de bajas laborales. De manera más general, la endometriosis puede tener consecuencias en las relaciones personales, de pareja, familiares y laborales. Por lo tanto, es fundamental considerar todas las opciones terapéuticas disponibles y entender que ningún tratamiento debe excluir a los demás.

Es importante tener en cuenta ciertos factores de estilo de vida que pueden influir en la enfermedad. Los hábitos tóxicos, como el consumo de tabaco y alcohol, se consideran perjudiciales ya que pueden activar la inflamación y aumentar el dolor en pacientes con endometriosis. Además, en mujeres fumadoras mayores de 35 años, la terapia con estrógenos en forma de anticonceptivos combinados está contraindicada, lo que puede complicar el tratamiento.


La obesidad puede dificultar la eficacia del tratamiento médico, ya que aumenta el riesgo asociado al tratamiento hormonal y complica el abordaje quirúrgico, tanto por laparoscopia como por laparotomía.

En cuanto a la alimentación, se recomienda moderar el consumo de alimentos proinflamatorios y que favorecen la secreción estrogénica, como las carnes rojas, embutidos, lácteos de leche entera, huevos, cereales y azúcares refinados. Aunque no existen dietas específicas para la endometriosis, se aconseja aumentar el consumo de alimentos protectores como el aceite de oliva, vegetales, cereales integrales, legumbres y frutos secos.

El ejercicio físico es beneficioso ya que contribuye a mejorar la calidad de vida de las pacientes con endometriosis.

La sexualidad puede verse afectada de manera significativa por la endometriosis. Los implantes de tejido endometrial pueden causar dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia), lo que puede interferir en la relación de pareja. Además, el dolor pélvico puede provocar contracturas reflejas del suelo pélvico, causando vaginismo y dolor. El deseo sexual también puede verse alterado debido al uso de tratamientos hormonales que, en algunas pacientes, pueden provocar sequedad y alteraciones en la libido. Los analgésicos tipo mórficos y los tratamientos antidepresivos y/o ansiolíticos, que a menudo se utilizan como co-tratamiento en estas pacientes, pueden alterar la esfera sexual. Las cirugías repetidas en la pelvis, las cicatrices en la vagina y los problemas reproductivos también pueden causar alteraciones sexuales.

Finalmente, aunque no se ha establecido una relación causa-efecto, se sabe que la endometriosis está relacionada con el estrés. Se ha demostrado que las mujeres con endometriosis experimentan niveles de estrés más altos que las que no padecen la enfermedad. Se ha observado que la terapia psicológica reduce los síntomas en estas pacientes. Además, estudios experimentales en animales a los que se les ha inducido endometriosis han demostrado que el estrés puede producir cambios en los mediadores bioquímicos como el cortisol y otros parámetros. Por lo tanto, el apoyo social y emocional es un aspecto crucial en el manejo de la endometriosis.

Sandra Carolina Ramírez. MP 2122.

Especialista en Tocoginecología. Endocrinología ginecológica y reproductiva. Patología cervical. Turnos al Nº 3794-818149 y atención en la Clínica del Pilar (San Martín 555)

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