El correntino que estuvo prisionero en un buque inglés: "Sólo pensaba en mi muerte"

La apasionante historia de Miguel García refleja el sufrimiento de los jóvenes argentinos que fueron enviados a las Islas Malvinas a luchar contra los ingleses. Prácticamente sin armas, sin comida y sin atención médica, este correntino logró sobrevivir y se emociona al contarlo.

“Nunca más sentí el frío que sufrí en Malvinas. Literalmente, quemaba la piel. Nunca volví a Malvinas, por cierto”, dijo en Alta Nota.

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“Tengo un proyectil incrustado en mi fémur durante un desembarco en el 21 de mayo de 1982. A mí me operaron los ingleses, cuando me tomaron como prisionero. Me llevaron al buque hospital Canberra, junto a otros dos compañeros heridos”

LA BATALLA, EL RESCATE Y LA TOMA DE LOS INGLESES

“Estábamos tirando en la noche con un mortero en medio de un duelo de artillería. Luego, nos indicaron para que hagamos un repliegue de zona para que volvamos más tarde a nuestras armas. En ese momento nos dimos cuenta de que ya estábamos rodeados por los ingleses, por lo que tuvimos que entrar en un combate prácticamente “cuerpo a cuerpo”. Yo luché con mi pistola, mientras que otros pelearon con fusiles. Teníamos a los ingleses a 15 o 20 metros aproximadamente. Ellos tenían equipos de infrarrojo y de visión nocturna, por lo que nos divisaban mucho más fácilmente”.

“Durante un cambio de posición, es allí cuando siento como si me hubiesen dado un hachazo en las piernas. El proyectil entró en el fémur y me hizo una fractura expuesta, quedándome con una pierna colgando. Dos compañeros intentaron alzarme, pero les dije que era imposible moverme, a lo que tuvimos que echarnos cuerpo a tierra nuevamente por otro ataque inglés. No dejaban que nos movamos”

“En esa situación, el cabo Torres me dijo que ni bien se vea una claridad en el cielo me iba a curar. Vino hacia mi posición, ya que estaba luchando aún, y me arrastró 50 metros aproximadamente. En esos 50 metros, habremos hecho fácil 10 paradas, ya que los ingleses nos hubiesen ametrallado si nos movíamos mucho”

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Benigno Torres, el hombre que lo rescató

Benigno Torres contó en Alta Nota esa parte de la historia. “Mientras retrocedía, escucho a alguien quejándose. Pensé que podía ser una trampa de los ingleses. Me acerqué lo suficiente hasta que vi que era un soldado nuestro, sin saber quién era todavía”.

“Noté que estaba con mucho frío, a lo que le golpeé hasta que sintió el dolor. Una vez lo sintió, lo arrastré hasta una posición en donde podía estar a cubierto de los ingleses. Los proyectiles le pasaban muy cerca y estaba totalmente indefenso. Gracias a Dios pudo vivir para contarlo”, detalló.

García dijo que sentía como "un aluvión de balas" y fue allí cuando pensó "sólo nos quedaba rezar". "Pensaba en conocer lo que iba a ser mi muerte, porque pensé que no iba a salir con vida. No veía otra salida, sinceramente”.

“Nunca me desmayé, por lo que estuve consciente durante todo ese tiempo. Llegó el día y vi ingleses por todos lados. Mientras eso ocurría, sufríamos bombardeos desde el otro lado del cerro, ya que nadie se había rendido. Si el cabo Torres no me movía, esto no lo contaba”

“Veo al horizonte y noté que uno de mis compañeros se había rendido, siendo acompañado por ingleses. En ese momento, y tras revisarme y ver que estaba herido, los soldados ingleses me dijeron que la guerra ya había terminado para mí. Me ofrecieron chocolates y cigarrillos. En ese momento trajeron un médico que me ató las piernas y me aplicó morfina, haciéndome entender que luego me iba a buscar para llevarme a un hospital".

"Nos dejaron unos banderines amarillos, que eran para que los helicópteros nos divisen y nos busquen. El problema es que el rescate se dio en pleno combate aéreo, por lo que el helicóptero no podía descender. En un momento, los ingleses nos suben rápidamente al helicóptero mientras nosotros pensábamos que nuestra vida era una incógnita a partir de ese momento”.

“Cuando llegamos al barco, nos esperaron con sangre, suero y plasma. Teníamos una desnutrición que dábamos vergüenza, para ser honestos. Hasta el día de hoy tengo fotos de esos momentos. Por suerte nos trataron bien”

“El Daily Mirror, un diario de Londres, me hizo una nota por ser el primer herido y prisionero en tierra del combate. Luego me escribieron familias inglesas, poniéndose en el lugar de mi familia. Allí me decían que las guerras no eran del pueblo, sino de los gobiernos”

SIGNIFICADO DE MALVINAS

“Malvinas creo que es un sentimiento que sólo nosotros podemos explicar. Es la única causa que nos hermanó a todos los argentinos. No siento nada por los ingleses, porque a pesar de que estuvimos en combate, sería un malagradecido si dijera cosas malas de ellos luego de cómo me trataron”.

“Nosotros no hubiésemos hecho lo que ellos hicieron, más que nada porque nunca nos lo enseñaron. Nosotros nos guiábamos por el “matar o morir”. Malvinas está con nosotros todos los días, y me gustaría vivir para ver a las islas bajo poder argentino”.